El 28 de enero de 2012 cumplió veinte años el Eco-Restorán El Bambú del Jardín Botánico Nacional, primer restorán ecológico en Cuba. Allí empecé mis andaduras en el tema de la alimentación sostenible. Un equipo de trabajo, en el que estaba, creó un ciclo cerrado con un apiario, huertos organopónicos, lombricultura para procesar residuos, cocina y secador solares, y una mesa bufet que se abastecía del entorno, de esa maravilla que es el JBN, con 600 hectáreas, y que nos brindaba todas las bondades naturales con fines alimenticios.
Amén de la bella obra, fue una época de gran intensidad, rodeada de gente humilde y noble, donde desde que llegábamos no parábamos de trabajar para atender a las personas que siempre nos agradecieron el servicio. Sí, hubo mucha intensidad y pasión en ese tiempo, porque el Eco-Restorán era mi amor, él vio crecer a mis hijos y me posibilitó consolidarme como profesional y adquirir una nueva mentalidad sobre la salud humana y planetaria. En esa experiencia mi cuerpo, espíritu y mente se tornaron mejores, así, pude parir a mi hija menor, con cuarenta años y una fortaleza como si tuviera veinte. Fueron 14 años de mi vida, vinculados directamente a su quehacer. Algún día escribiremos su historia: la vocación humanista del Eco-Restorán merece ser contada.
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