La opción de ser vegetariano
Por Madelaine Vázquez Gálvez
Muchas personas son criticadas por asumir la opción de ser vegetarianos. Algunos son vegan, es decir, que solo consumen productos vegetales, y otros son ovo(y/o) lacto-vegetarianos: pueden ingerir huevo y/o productos lácteos. En realidad el acto de comer es algo muy privado, y se debe tener mucho respeto por quién asuma determinadas conductas alimentarias. Lo cierto es que los vegetarianos siempre fueron muy atacados desde muchos puntos de vista, sobre todo, desde la ciencia.
Hoy se conoce que el cuerpo sintetiza aminoácidos, que forman parte de las proteínas contenidas en los alimentos, y que cuando comemos, a partir de esos aminoácidos, es que se reconstruyen las proteínas en el organismo. Por tanto, las proteínas se encuentran tanto en alimentos de fuentes animal o vegetal. Lo que sucede con las proteínas de origen animal, es que tienen completo el espectro de aminoácidos esenciales (son los aminoácidos que el cuerpo no puede sintetizar: debe adquirirlos de forma externa), y los vegetales, por lo general, presentan carencias de uno o varios aminoácidos esenciales; por ello cuando comemos vegetales, hay que combinarlos bien, para cubrir la paleta de estos aminoácidos esenciales.
Por otra parte, en el último segmento del siglo pasado se descubrieron los fitonutrientes o fitoquímicos, contenidos en las plantas, que son sustancias con poderes cuasivitamínicos y que exhiben notables propiedades antioxidantes, es decir, controlan el estrés oxidativo del organismo, contribuyendo a la prevención de múltiples enfermedades asociadas a la dieta, y a la evitación del envejecimiento prematuro. Ellos constituyen un potente y silencioso ejército que nos protege y mejora la salud.
Ser vegetariano en la cotidianidad (aunque sea temporalmente) significa explorar muchas variantes del comer, donde no deben faltar los frijoles, la soja en todas sus opciones, las semillas oleaginosas (ajonjolí, maní, pistachos, girasol, etc.), las setas, las algas, las frutas, las verduras y los cereales (arroz, maíz, avena, etc.). Mejor aun, cocinarlos de forma agradable y con mucho amor. La comida vegetariana en realidad es muy sabrosa, te calma la ansiedad y afina el paladar. Si piensas que estás ayudando a tu cuerpo con ello, la comida tendrá un significado superior. Lo mejor es el punto medio, donde no existe el fundamentalismo más extremo ni el conocido: que me quiten lo bailao (nadie te lo quita, se queda dentro de tu cuerpo, con el daño subsiguiente).
Sin embargo, solo la comida no basta, es tan solo una faceta más de la vida, amén de su alto significado biológico, social, económico, emocional…
En mi modesta experiencia de vida, si queremos alcanzar la felicidad interior, se deben cumplir determinados preceptos, que son el vasto legado del quehacer humano. Permíteme algunos consejos que pudieran ser provechosos:
· Evita, siempre que puedas, el alto consumo de comida chatarra, aumenta el consumo de frutas y verduras en la mesa.
· Disfruta la comida. Si algún día te excedes, no hay problemas, pero sé consciente de ello.
· Practica ejercicios físicos: gimnasia localizada, nadar, caminar, pilates, etcétera. Prueba con el yoga: aquí se juntan el cuerpo físico y espiritual.
· No envidies a nadie, alégrate del éxito de los demás.
· No acumules: ni cosas materiales ni vivas el pasado.
· Quiérete mucho, para que puedas ayudar a los demás.
· Toma mucha agua; mejor levantarse y beber cuatro vasos en ayuna.
· Procura comer en familia, lo más que puedas.
· Pide ayuda cuando lo necesites.
· Ama lo que haces.
· Evita la violencia y practica la tolerancia verdadera.
Gracias por permitirme compartir estas ideas.
MUY INTERESANTE ESTE ARTICULO LO RECOMIENDO A TODOS...........
ResponderEliminar